No te pasa solo a ti: cada semana veo a personas que se llevan un buen corte y luego lo arruinan en la sartén. Hoy te cuento los errores más comunes al cocinar carne y cómo puedes evitarlos.
Soy Raúl de Lema, carnicero en Carnicería de Madrid y ganadero en la Sierra de Guadarrama. Llevo años viendo cómo clientes bienintencionados se llevan una pieza espectacular de carne… y vuelven diciendo: “No me ha salido como esperaba”.
¿El problema? Muchas veces no está en la carne, sino en cómo se cocina. Aquí te cuento los fallos más habituales y mis consejos de carnicero para solucionarlos.
La carne fría no cocina igual. El interior tarda más en calentarse y el exterior puede quemarse antes de cocinarse bien por dentro.
Solución: saca la carne de la nevera 30 a 60 minutos antes de cocinarla, sobre todo si es gruesa. Así alcanza temperatura ambiente y se cocina de forma uniforme. Esto aplica también a hamburguesas o piezas congeladas: deja que pierdan el frío poco a poco.
Uno de los errores más comunes es poner la carne en una sartén templada. Se cuece en vez de sellarse, pierde jugos y queda insípida.
Solución: calienta bien la sartén o la plancha antes de poner la carne. Debe estar muy caliente, incluso humeante, para sellar y conservar los jugos. Cuando pongas la carne, no la muevas de inmediato: deja que se selle.
La sal extrae humedad y, si la echas justo antes o durante la cocción, puedes acabar con una carne seca.
Solución: para carnes gruesas, sala al final o justo al sacar de la plancha. Para cortes finos, una pizca de sal gorda al final basta. Si vas a marinar, usa sal mezclada con aceite o líquidos para evitar que se seque. Prueba a usar sal en escamas para potenciar el sabor.
Este paso marca la diferencia entre una carne jugosa y una que suelta todos sus jugos en el plato. El reposo permite que los líquidos se redistribuyan.
Solución: después de cocinar, deja reposar la carne 3-5 minutos fuera del fuego, tapada con papel de aluminio o en el plato. Es fundamental en piezas como entrecot, solomillo o chuletón.
No todos los cortes sirven para todo. Usar una pieza para plancha cuando está pensada para guisar, o al revés, es una receta para el fracaso.
Solución: consulta a tu carnicero o revisa nuestra guía de cortes por uso. En Carnicería de Madrid te explicamos qué piezas van bien para plancha, horno, guiso o barbacoa. A veces una buena aguja guisada es oro puro.
Cubrir la carne con salsas potentes suele ser un intento de tapar una carne sin sabor o mal cocinada.
Solución: usa condimentos suaves o naturales como ajo, hierbas, mostaza o aceite de oliva virgen extra. Si quieres salsa, mejor que sea casera o artesanal. Una carne de calidad no necesita camuflaje.
No pasa nada, todos aprendemos. Lo importante es saber qué ha fallado para que la próxima vez salga perfecta. La carne IGP Sierra de Guadarrama tiene una calidad que lo pone fácil: con el punto justo de cocción y respeto por el producto, triunfas.
En Carnicería de Madrid trabajamos con carne certificada, local y sin aditivos. Desde filetes para plancha hasta piezas nobles, tenemos lo que necesitas para cocinar con confianza.
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